Tipologías
XXVII:
La vaca roja sobre fondo amarillo de Andy Warhol
y la cuestión arquitectónica del papel pintado
y la cuestión arquitectónica del papel pintado
por el Dr. Norbert-Bertrand Barbe
1.
La cuestión arquitectónica
La
reciente exposición parisina del Musée d'art moderne sobre Andy Warhol, que
reutilizó como motivo de entrada el famoso papel pintado de la vaca roja sobre
fondo amarillo nos invita a revisar esta obra, dentro del marco más general de
la cuestión, no sólo de las artes, figurativas, sino de la creación serial y
del motivo dentro de las corrientes de vanguardia y, en el caso específico, de
postvanguardia.
"En 1971,
pour la rétrospective que lui consacre le Whitney Museum à New York, Warhol
tapisse les murs du musée et son entrée d'un papier peint à motif tête de vache. Tous
ses tableaux, y compris les "Electrics chairs" sont accrochés dessus,
comme aujourd'hui au MAM. Vaches pop ou chaises électriques, tout se vaut dans
le monde d'Andy Warhol. Mais est-ce si différent dans la vraie vie?" (Claire Fleury, "Andy Warhol, au-delà de l'icône pop", Le Nouvel Observateur, 15/10/2015)
En particular por el
hecho de que, no sólo, ahí también, el papel pintado es, por esencia, un objeto
que sustituye para la burguesía del siglo XIX las tapicerías de los castillos
de la nobleza (irónicamente, ya que las tapicerías servían en realidad a
contrarrestar las corrientes de aire, es decir, tenían un rol mucho menos
adornativo que de cortina), a saber un objeto de aplicación decorativo sobre la
estructura interna del edificio (véase todavía la descripción que da de ello Émile Gaboriau, La
Clique dorée, Paris, E. Dentu, 1872, p. 274: "La nuit
depuis longtemps était venue, et les derniers apprêts d’une fête princière
emplissaient l’hôtel de mouvement et de tapage… On entendait les pas affairés
des valets, la voix des maîtres d’hôtel donnant des ordres, les coups de
marteau des tapissiers clouant encore de ci et de là quelques tentures…"),
contraparte de los adornos exteriores, sino además porque es parte integrante
de la problemática de la reorientación de la labor del artista y el arquitecto
para movimientos tan sobresalientes como Arts & Crafts (se conocen
sobremanera los papeles pintados de William Morris) como la Bauhaus (productora
de muebles, ceniceros, etc.). A tal punto que hoy en día, no sólo son los
arquitectos quienes hacen diseño de objetos cotidianos, sino los propios
diseñadores, como Philippe Starck, quienes hacen también diseño de edificios (http://www.starck.com/en/architecture/categories/hotels/),
y ya no sólo de sus interiores.
2.
La cuestión formal
Ahora
bien, estas consideraciones nos remiten, por supuesto, a un problema estético,
es decir, de visualidad formal de los objetos representados dentro del ámbito del
espacio íntimo.
Veámoslo.
Un
supuesto, como vemos en los papeles pintados de Morris, es que, si, a diferencia
de la toile de Jouy, los motivos no
son personajes aislados en medio de un fondo blanco, sino imbricadas y
repetidas, las orillas del papel permitiendo unir las figuras por sus bordes,
en el caso de la vaca de Warhol, foto de un animal mamífero y no del más común
ave de los papeles pintados desde el Arts & Crafts, sin embargo en eso
Warhol retoma la figura pastoral de las toiles
de Jouy del siglo XVIII, el borde de la imagen, que no es sino una foto (y
no un dibujo) sobrepintada (como lo hizo para Marilyn Monroe o Mao), el borde
de la imagen no puede unirse con el de otra parte del papel pintado. A lo sumo
lo que tenemos es la reproducción de una misma imagen, pero cuya orilla
izquierda quiebra sistemáticamente la secuencia armoniosa del conjunto.
Por
ende, al disfrazar la foto de papel pintado, y hacer de un "retrato"
vacuno con borde, que es el mismo cuello del animal, el motivo central (aunque
descentrado, por la misma, y típica actitud espectante de la vaca) de dicho
papel pintado, Warhol no sólo se libera de los formatos anteriores
quebrantándolos, sino que, de manera más interesante aún, los asume para
reinterpretarlos. Dijimos que la figura vacuna es típica de las toile de Jouy. Idénticamente, la figura
animal o vegetal ampliada (por oposición a las toiles de Jouy, donde las figuras, pequeñas, se pierden en el fondo
blanco) es típica, a su vez, de los papeles pintados del Arts & Crafts.
Al
contrario, los colores fuertes, el rojo y el amarillo, que, por naturaleza, se
casan relativamente mal, son típicos de los años hippies y pop (1960-1970). La
no adecuación del borde izquierdo para permitir la creación orgánica de una
secuencia no visible entre cada pieza de papel pintado, sino, más bien, al
contrario, la elección de una figura imposible de no ser distinguida como única
y reproducida por desmultiplicación en la pared que se supone debe soportar
dicho papel, no sólo es una autoreferencia a los retratos del artista, ni
tampoco únicamente una forma de afirmar su independencia genio y/o univocidad dentro
del arte de su tiempo y de los géneros tradicionales, que se moldean al
artista, no éste a aquellos, sino que es,
también, asimismo, la validación de un modelo de ampliación de la figura,
propio del arte pop (de Lichtenstein a las flores gigantescas que reutiliza la
película contemporánea Lucky Number
Slevin, 2006, de Paul McGuigan, ya citada en otro artículo de la
misma serie sobre Tipologías, titulado: "Tipologías XVIII: De la utilización y la comprensión de la forma
geométrica simple en la enseñanza de la composición arquitectónica"),
y de descomposición espacial, a la vez para poner énfasis sobre la figura
central (como en la serie de las latas de sopas Campbell), y para retrotraer el
arte al objeto.
La
vaca de Warhol no tiene mayor sentido que los ready-mades de Duchamp, y depende en eso de ellos. Es una broma
curiosa al motivo tradicional del papel pintado. Es también una referencia,
probablemente inconsciente, a lo muy nacional y norteamericano (la crianza de
ganado, de las películas vaqueras a A
Good Dinosaur del 2015 de Peter Sohn, representada por la familia de
carnívoros Tyrannosaurus rex [y apoyado en eso por la música western], versus la familia agricultora
del vegetariano héroe). Como lo podemos apreciar en el famoso Charging Bull de Wall
Street (1987) por Arturo Di Modica.
Su
rostro, girado hacia el espectador, representa un retorno del arte sobre sí,
propio de la época (pensamos a La obra
abierta de 1962 de Umberto Eco), ya que no tiene particular sentido, ya lo
dijimos, al menos explícito, y mira al espectador como hacen las vacas con los
trenes, como lo expresa el refrán francés sobre la pasividad y el
embrutecimiento ("comme les vaches
regardent passer les trains").
Al
quebrar la estructura del cuadro (en cuanto el cuello del animal impide, ya lo
dijimos también, crear una secuencia invisible y armoniosa en la pared entre
cada tira de papel pintado), retoma problemáticas de la apropiación fotográfica
del propio Warhol; la esencia de la objetualización por maximización (que
podemos ver, en artes, como antecedentes del maximalismo arquitectónico) del
pop art (del Whaam! de 1963 de Roy Lichtenstein, a la instalación Giant
Ice Bag de 1969-1970 de Claes Oldenburg y, en el ámbito urbano, a la Spoonbridge and Cherry
de 1985-1988 del mismo Claes Oldenburg con Coosje van Bruggen para el jardin
del Walker Art Center de Minneapolis, 1998); la quebradura del marco
tradicional, iniciada por Malevich con sus variaciones (cruces y cuadrados) en
la exposición de 1915 (Exposición 0.10,
Petrogrado, del 19 de diciembre de 1915 al 19 de enero de 1916) donde aparece
el famoso Cuadrado negro sobre fondo
blanco (ver nuestro libro sobre: Sens
et contexte du "Carré noir sur fond blanc" de Kazimir Malévitch: un
objet testimonial et argumentatif des avant-gardes dans leurs controverses avec
l'art figuratif à propos des questions de composition formelle et
colorimétrique, 2010), y perpetuada por los informalistas uruguayos (que
estudiamos en este sentido en nuestro artículo ya citado sobre: "Tipologías XVIII: De la utilización y la
comprensión de la forma geométrica simple en la enseñanza de la composición
arquitectónica"); y cuestiones de descomposición perspectiva que
trabajarán abundantemente los arquitectos postmodernos (de ahí también otra
relación con la arquitectura), de la descomposición del movimiento urbano en
Tschumi a la referencia a una exagerada perspectiva urbana renacentista en los Espaces d'Abraxas de Ricardo Bofill,
pasando por las construcciones improbables de un Frank Gehry.